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San Pedro de Atacama: el tesoro único e imperdible del norte de Chile

Ubicada en el desierto más árido del mundo, la localidad de San Pedro de Atacama y sus alrededores ofrecen una experiencia cautivadora. Desde fenómenos geológicos únicos hasta descubrimientos revolucionarios en los campos de la arqueología y la astronomía, los paisajes desérticos de esta ciudad son un tesoro de maravillas para cualquier viajero.

Reconocido como uno de los destinos más visitados de Chile, San Pedro de Atacama, ubicado en la Región de Antofagasta al norte del país, deslumbra entre valles, lagunas, montañas, estrellas e importante biodiversidad.

Sus paisajes y destacada gastronomía tan solo acompañan lo que ésta localidad tiene para ofrecer, destacando el desarrollo del turismo astronómico, geológico y arqueológico de la zona, con más de cientos de actividades diferentes para realizar.

Las condiciones perfectas para observar el cielo

La observación del cielo y la práctica de la astronomía ancestral tiene su lugar en San Pedro de Atacama mucho antes que la instalación de los primeros telescopios de la región hace cerca de 60 años atrás. Fueron las culturas precolombinas las que dejaron plasmadas en actuales vestigios arqueológicos lo que fue una marcada inclinación por la observación de los astros.

Massimo Tarenghi, físico y astrónomo emérito del Observatorio Europeo Austral (ESO) quien ha estado a cargo del manejo y construcción de importantes telescopios de nivel mundial ubicados en Chile, como el Very Large Telescope (VLT), el New Technology Telescope (NTT) y el Atacama Large Millimeter Array (ALMA), expresa que Chile, especialmente la zona norte, tiene la potencia para transformarse en una nación donde la astronomía científica y turística puede tener el primer lugar en el mundo.

“Atacama se diferencia de otras partes del mundo porque es un lugar donde no hay contaminación lumínica, el cielo es particularmente lindo, no hay mucha contaminación de polvo en la atmósfera y tiene lugares de gran altura. Si hay buenas condiciones climáticas, su observación es superior a todo y es el lugar perfecto para la astronomía milimétrica y submilimétrica como ALMA”, comenta el astrónomo.

El observatorio ALMA es considerado el radiotelescopio más poderoso del mundo para observar el universo frío, desde el gas molecular y el polvo, hasta los vestigios de la radiación del Big Bang, tal como se describe en el sitio web del observatorio.

 

“Gracias al observatorio ALMA que tiene una altitud cercana a los 5.000 metros, se puede observar todo el universo molecular, desde dónde está el agua en el universo hasta otros elementos fundamentales para la vida también. Estamos ad portas de descubrir vida en otros planetas gracias a estos telescopios poderosos y modernos ubicados en Chile”, destaca Tarenghi.

En paralelo a estos importantes proyectos y observatorios, para el astrónomo es fundamental la potenciación del astroturismo, sobre todo porque genera conciencia y educación en temáticas que son relevantes para conocer sobre astronomía, siendo San Pedro de Atacama un sitio ideal para aquello.

Un pasado deslumbrante

 

La historia arqueológica que rodea la localidad de San Pedro de Atacama se remonta a más de 10.000 años atrás, período en el cual diversos grupos nómades se instalaron alrededor del Salar de Atacama, quienes más tarde vendrían siendo identificados como atacameños.

“Hacia el 900 a.C, existían aldeas en las quebradas de San Pedro de Atacama, del río Loa, y en los oasis cercanos al Salar de Atacama. Sus pobladores comenzaron a desarrollar prácticas agrícolas. Todo esto permitió que entre el año 100 y 500 d.C, se produjera un auge económico acompañado de un aumento poblacional, donde destacó la zona del actual San Pedro de Atacama”,  se puede leer en el texto Atacameño: serie introducción histórica y relatos de los pueblos originarios de Chile.

Los atacameños fueron una etnia prehispánica con años de desarrollo que también fueron conocidos como la Cultura San Pedro entre los años 400 y 700 d.C. Tuvieron fuertes influencias de importantes culturas como la Tiwanaku y la Inca.

“Destacó por su fina artesanía, se han encontrado piezas de gran confección, como hachas y vasos de oro repujado, y mantas hechas a telar. Su cerámica era monocroma (de un solo color), con un fino pulido en la superficie”, se puede leer sobre la Cultura San Pedro en el texto mencionado anteriormente.

Al ser una zona árida y seca, las piezas y sitios arqueológicos han sido capaces de conservarse en un estado excepcional, siendo reconocida la Región de Atacama como Capital Arqueológica de Chile que ha podido dar cuenta de cómo vivían nuestros antepasados.

Además, es posible evidenciar la fuerte presencia inca, evidenciada en las ofrendas encontradas en las cumbres montañosas, el tipo de arquitectura, las piezas de cerámica, artefactos históricos y los cementerios encontrados.

“La arquitectura incaica se presenta ejemplarmente en el llamado tambo de Catarpe contemporáneo con el pukara de Quitor, situados ambos a poca distancia al Norte de San Pedro de Atacama. Aquí se construyeron tres grandes patios rodeados de recintos y viviendas donde reunían las cargas para conducirlas hacia el altiplano. Enterraban a sus difuntos en un cementerio cercano, junto con la cerámica inca elaborada por artesanos Atacameños que convivían con funcionarios incaicos y servidores altiplánicos”, se puede apreciar en el texto Cultura Atacameña de Bente Bittmann, Gustavo Le Paige y Lautaro Núñez.

Hoy en día es posible encontrar evidencia histórica en importantes sitios arqueológicos como el antes nombrado Pucará de Quitor y el Pucará de Lasana, unas fortalezas del siglo XII; o la Aldea de Tulor, un poblado que tiene alrededor de 3.000 años de antigüedad y es considerado el sitio arqueológico más antiguo del norte del país.

Un increíble patrimonio geológico

Los colores, relieves y formas que caracterizan a San Pedro de Atacama y sus alrededores tan solo hacen dar cuenta de la maravillosa historia geológica de la zona que se remonta hace más de 400 millones de años atrás con la formación del Cordón de Lila al sur del Salar de Atacama, siendo una de las zonas más antiguas identificadas y reconocidas en Chile.

La geóloga atacameña Paula Ramos, quien también es directora de la escuela de guías y guardaparques Geockoi y fundadora de la agencia de turismo geológico Acamarachi, destaca que la cuenca del Salar de Atacama es un lugar excepcional en el planeta, ya que está situado en el desierto más árido del mundo y es un sector tectónicamente activo, montado sobre una de las placas que choca con la famosa placa de Nazca.

“Esta característica condiciona la vista al llegar a la región, encontrándonos con un territorio lleno de volcanes, donde gran parte de los cerros de la zona son volcanes. Si bien, uno está acostumbrado a visualizar un volcán con una forma cónica perfecta, aquí esto no es así”, explica la geóloga.

La ventaja de estar en lo que se denomina el desierto más árido del mundo, es que los paisajes experimentados en la cuenca del salar son muy especiales, ya que se encuentra rodeada de cordones montañosos con antigua historia geológica, rocas de diversas edades y composiciones, y salares increíbles.

“Cuando se formó el Cordón de Lila hace 400 millones de años, se hizo en un escenario donde había mar, luego con el pasar de millones de años se empezaron a formar todo el conjunto de cordilleras que nosotros denominamos los Andes, dando paso a la cordillera de Domeyko, la que tiene una historia geológica tremendamente importante, donde si bien no tiene volcanes, es un sector que se formó prácticamente por terremotos, formándose cámaras magmáticas que nunca pudieron surgir, transformándose en rocas mineralizadas”, asegura Ramos, refiriéndose como rocas mineralizadas a las denominadas rocas plutónicas, que son capaces de explicar la presencia de cobre en la zona.

La cordillera de la Sal es otro fenómeno geológico único que se puede apreciar en la región, ya que su formación ocurrió en un corto período de tiempo y sus paisajes son denominados paisajes cársticos, los que son el resultado de la disolución de minerales como la sal y el yeso, lo que da paso a formaciones como cuevas y cavernas.

“Hay muchos fenómenos geológicos específicos que sólo ocurren acá en esta parte del planeta, eso hace que este territorio sea único y especial. Yo recomiendo mucho ir al Valle del Arcoiris, ya que es un verdadero laboratorio geológico expuesto donde están todos los tipos de rocas que están asociadas con las formaciones de Domeyko; también al Valle de la Luna, que es un territorio donde ves la majestuosidad de lo que es la cordillera de la Sal; y el camino de los monjes de Atacama, donde puedes entrar a los cráter y conocer más sobre la historia geológica de la zona”, recomienda la experta.