UN ENCUENTRO CON TRADICIONES MILENARIAS
Los primeros exploradores llegaron atraídos por el mito de unas tierras ricas en oro, ubicadas al sur del Imperio Inca. Tras esta pista llegó el español Diego de Almagro, primer aventurero europeo en llegar a Chile y pisar el desierto de Atacama, después de una dramática travesía por la Cordillera de los Andes. Hoy, como entonces, Atacama sigue siendo una experiencia única, de encuentro inolvidable con un entorno generoso en tradiciones, formas y colores.
No hay consenso sobre el origen de la palabra Atacama. Hay quienes la atribuyen al pato Tacama, ave de plumaje negro y pecho blanco que habita las costas de Chile y Perú; otros rastrean su etimología en el kunza, una de las lenguas originarias de la región. Para éstos, provendría de la voz Atchcamar, con la que los antiguos atacameños hacían referencia a la zona. Su traducción sería “cabecera del país”, y el español acomodó su pronunciación a su versión actual: Atacama.
Aunque hay evidencias de seres humanos en estas tierras desde hace 10.000 años, los primeros vestigios de una sociedad organizada corresponden a una trashumante, de cazadores recolectores, desarrollada hace unos 7.000 años.
La cultura Licán Antai o atacameña, como fue llamada por los españoles, habría surgido hacia el año 1.000 a.C., cuando comenzaron a establecerse los primeros asentamientos agroganaderos en torno a los oasis de Atacama.
La construcción de canales para aprovechar las aguas de los ríos permitió la irrigación artificial y el establecimiento de cultivos bajo un ingenioso sistema de terrazas. Los atacameños también trabajaron los metales, la cerámica y los textiles, creando particulares objetos que adquirieron gran importancia en su cultura y religión.
Luego de una breve dominación del Imperio Inca en Atacama, acaecida a mediados del siglo XV, sobrevino la conquista española a partir de 1536, poniéndose en marcha la desintegración progresiva de las comunidades atacameñas, principalmente a partir de la pérdida de su idioma y religión originales.

El Kunza: al rescate del idioma original
Los atacameños hablaban la lengua kunza, que quiere decir “nuestro” y que es descrita por los especialistas como una lengua áspera y de muy difícil pronunciación.
Durante la Colonia, para introducir el idioma español en Atacama se prohibió hablar en kunza, primero bajo penas monetarias y luego de tormentos físicos.
El uso del Kunza terminó por extinguirse a comienzos del siglo XX, quedando algunas de sus palabras en la toponimia y en ciertos ritos y ceremonias.
Al ser una lengua ágrafa, su reconstruccion ha sido dificil. No obstante, en el año 2005 se edito el primer diccionario castellano-kunza, que rescata las últimas 900 palabras que han sobrevivido al paso del tiempo en cantos, ritos, leyendas y en la toponimia de la zona.
Algunas notables exploraciones de Atacama:
- 1536: Diego de Almagro, conquistador español
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- 1843: Ignacio Domeyko, científico polaco/chileno
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- 1854: Rodulfo Philippi, naturalista alemán.