Atacama en familia: por qué este viaje al desierto fue uno de los más memorables con mis hijos

Cuando uno piensa en viajes con niños, el norte de Chile no suele ser lo primero que se viene a la cabeza. Tampoco lo era para nosotros. Esperaba paisajes increíbles, claro, pero no imaginé que sería tan entretenido para los niños y tan reparador para nosotros como adultos.

Después de una semana pedaleando valles impresionantes, corriendo descalzos por las dunas, viendo flamencos al atardecer, relajándonos en aguas termales, y cabalgando entre paisajes que parecen de otro planeta… estoy convencido: Atacama es uno de los lugares más enriquecedores, sorprendentes y amigables para familias que hemos conocido.

Aquí les comparto mi experiencia

Day 1: Llegada y descanso

Llegamos a San Pedro de Atacama un viernes por la tarde, justo a tiempo para cenar tranquilos y dormir como nunca en el lodge de Explora. Es un lugar muy acogedor, remoto y cómodo a la vez.

Día 2: Corriendo descalzos por el desierto

Nuestro primer día comenzó con una salida al Valle de la Muerte. Bajamos descalzos por las dunas de arena. Los niños estaban felices: se reían, se deslizaban, caían y volvían a correr. Nuestra guía, Palu, fue muy cálida y paciente, y convirtió todo en una experiencia segura y divertida.

Esa tarde, después de un buen almuerzo y un rato en el jacuzzi (¡tema recurrente!), fuimos a Vallecito, en la Cordillera de la Sal. Como había llovido y soplaba viento fuerte, fue más una parada breve que una caminata larga, pero el paisaje igual nos dejó sin palabras.

Día 3: Termas y flamencos

La mañana del domingo comenzó con frío, pero la caminata hacia las Termas de Puritama fue mágica. Vimos vizcachas al inicio del sendero y terminamos con un baño termal. Nuestra guía, Dayane, supo adaptar el ritmo perfecto para los más chicos y hacer del frío parte de la aventura.

Por la tarde, después de otro rato en el jacuzzi, fuimos a la Laguna Chaxa. Allí, los flamencos caminaban sobre reflejos rosados y violetas. A los niños les encantaron las aves; nosotros quedamos impactados con la inmensidad del salar. Nuestra guía, Javi Álvarez, compartió historias que dieron vida a todo el paisaje.

Día 4: Bicicleta eléctrica y cabalgata

Ese día comencé temprano con una salida en e-bike de 36 km por Vilama, solo yo esta vez, mientras mi esposa y los niños exploraban San Pedro con calma. La ruta fue increíble: variada, extensa y con vistas diferentes todo el tiempo. Con el apoyo de la bici eléctrica y los comentarios de Javi, fue exigente pero disfrutable.

En la tarde, nos reunimos en el lodge y los niños anduvieron a caballo en un circuito fácil cerca del lodge. Fue una de sus actividades favoritas: tranquila, simple e inolvidable.

Día 5: Llamas, cuarzo y cultura

Esa mañana exploramos Puri Beter, una salida cultural completamente distinta. Vimos llamas, burros, gallinas y ovejas, caminamos por un bosque de chañares, descubrimos cuarzos por todas partes y aprendimos sobre sitios ceremoniales atacameños y tradiciones de observación del cielo. Nuestro guía, Juan Carmelo, fue un narrador excepcional. Los niños lo pasaron increíble y salimos con el corazón lleno.

Durante la tarde volvimos al Valle de la Muerte, pero esta vez subimos una duna aún más alta. Nuestra guía, Juliana, fue fantástica, y la caminata final entre dunas fue un espacio surreal y meditativo.

La comida fue otro gran acierto. Siempre había opciones pensadas para niños: pizzas, hamburguesas y flexibilidad total del equipo de cocina. Y para qué mentir: los adultos también disfrutamos esos “platos para niños”.

Un agradecimiento especial a Marisol, quien nos acompañó durante la estadía, y a todo el equipo, desde los guías hasta el personal de housekeeping y del restaurant por crear un ambiente tan acogedor y relajado.

Un detalle que marcó la diferencia fue que Explora tenía témperas sólidas y materiales para hacer manualidades como cohetes de papel. Ese tipo de cosas, cuando viajas con niños, vale oro.

Para nosotros, como padres, este viaje también fue una oportunidad para explorar y recargar energías. Volvimos inspirados, renovados y con recuerdos que se quedarán con nosotros mucho tiempo después de haber regresado.